El Diseño de
Comunicación Visual (DCV), como toda acción cultural, es una prácticas significante con la voluntad explícita de
comunicar. Esta declaración de principios no es menor en una época visual que
tiene a “la ciudad como reino de lo
visible” (Arfuch; 1997).
Esta ciudad, entendida
como palimpsesto que articula social y económica el imaginario social se
consolida en la Argentina a fines del s.XIX en una Buenos Aires que busca ser
reflejo de una Europa ideal, su valor ideológico deriva de un trasplante
completo que debía abarcar tanto a las imágenes como a las técnicas, puesto que
estos nuevos valores pasan tanto por este meridiano como por el de poder
económico y político del cual se produce el simulacro.
Entre otras consecuencias de esta búsqueda se consolida la práctica de apropiar simbólicamente a los edificios mediante la utilización en sus fachadas de textos inscriptos en bajo o alto relieve, irrumpiendo de este modo el Diseño de Comunicación Visual en el discurso urbano y convirtiendo al edificio en un “hablante” singular del espacio urbano; Se presenta como una “Voz pública…con voluntad de influir y provocar conductas especificas en sus receptores” (Ledesma: 2003) y se convierte en una mercancía vinculada al deseo de individualidad y a la proclamación de poder; transformando a la tipografía en productoras de sentido social. Su análisis se muestra entonces prioritario para comprender aspectos centrales del devenir histórico y local del Diseño de Comunicación Visual, rastrear algunos aspecto de la conformacion de este como disciplina individual e identificar las narrativas más características del Diseño de Comunicación Visual aplicado a la arquitectura
Entre otras consecuencias de esta búsqueda se consolida la práctica de apropiar simbólicamente a los edificios mediante la utilización en sus fachadas de textos inscriptos en bajo o alto relieve, irrumpiendo de este modo el Diseño de Comunicación Visual en el discurso urbano y convirtiendo al edificio en un “hablante” singular del espacio urbano; Se presenta como una “Voz pública…con voluntad de influir y provocar conductas especificas en sus receptores” (Ledesma: 2003) y se convierte en una mercancía vinculada al deseo de individualidad y a la proclamación de poder; transformando a la tipografía en productoras de sentido social. Su análisis se muestra entonces prioritario para comprender aspectos centrales del devenir histórico y local del Diseño de Comunicación Visual, rastrear algunos aspecto de la conformacion de este como disciplina individual e identificar las narrativas más características del Diseño de Comunicación Visual aplicado a la arquitectura